martes, 4 de diciembre de 2012

Literatura y publicidad



La corona de un príncipe apoyada en una silla, unos libros posados en el suelo y una calavera son lo objetos que componen un elegante escenario para anunciar un prestigioso reloj. En la parte superior de la imagen, aparece la traducción de un fragmento de la obra de Shakespeare Ricardo II; justo esa porción de texto que habla del tiempo.
Tanto palabras como objetos otorgan notoriedad e importancia al reloj. Sin embargo, la traducción no es demasiado fiel a la obra real, pues el creador del anuncio hace algunos cambios para que todo encaje perfectamente. Y, además, ese párrafo no pertenece a la obra que dicen, sino a Ricardo II.
Una traducción más literal podría ser:



Malgasté el tiempo y ahora el tiempo me malgasta a mi;
Ahora el tiempo me ha convertido en la numeración de su reloj:
Mis pensamientos son minutos; y con suspiros sacuden
 sus relojes en mis ojos, reloj
a donde mi dedo, como la punta de un dial,
está aún señalando, secáncoles las lágrimas.

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